Bueno, que no me quiero desviar del tema…”horas muertas viendo la televisión”. Mi madre por si fuera poco me alquilaba una película cada dos días en el videoclub, quizá gracias a esto (seguro que sí) he acabado siendo guionista.
Desayunaba, comía y cenaba películas mientras mi frágil mente absorbía toda esa información degenerando en el proyecto de cineasta que soy hoy.
Una de esas películas se me grabó a fuego. Eran unos raros dibujos animados de aventuras que mi madre nos grabó en una cinta VHS que aun conservo con cariño.
La película se llamaba “El vuelo de los dragones”:
Tanto mi hermano pequeño como yo, nos quedábamos literalmente hipnotizados cuando nos ponían esta película. No respondíamos a ningún estímulo, salvo el dolor (de los bofetones que nos daba mi madre para que fuéramos a comer).
La cinta cuenta la historia de un mundo mágico gobernado por cuatro magos, donde los dragones vuelan libres. Uno de los hermanos, “el mago rojo” decide conquistar todo el reino para tener el poder absoluto.
Como medida desesperada los magos buenos deciden traer del mundo de los humanos a un chico que les ayudará a destruir al Mago Rojo y sus crueles planes.
El chico elegido es un friki empollón y fan de los juegos de rol que tendrá que superar sus miedos y vivir una preciosa aventura para detener a este malvado villano.
“El vuelo de los dragones” es una de esas películas que todos hemos visto de pequeños y pocos recuerdan. Pero seguro que si le echáis un vistazo volveréis a vivir esos días en los que los niños podían disfrutar de televisión infantil de calidad y a todas horas.
La película entera se encuentra en Youtube en 10 partes, esta es la primera:
¡A soñar todos de nuevo!
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