Se me ha pasado un poco el arroz con esta crítica. Entre que la vi a las semanas de su estreno y a las vacaciones (¡que grande Londres!), puede que cuando leas estas líneas te sea difícil encontrar la película en la cartelera. Haz un esfuerzo en buscar una sala porque merece la pena, y si llegas tarde, no dejes de echarle un vistazo cuando salga en dvd (el 3 de septiembre) .
AQEDSQHM (la llamaré con las iniciales debido a lo largo del título) podría aparecer en los diccionarios como definición de una buena película. Casi todo funciona a la perfección el la última cinta del gran Sidney Lumet. El veterano realizador norteamericano, responsable de peliculones como Doce hombres sin piedad, Serpico o Tarde de perros vuelve a hacernos gozar sentados ante una pantalla y nos trae sin duda una de las mejores propuestas cinemaotrgáficas de lo que llevamos de año.
Ethan Hawke y Philip Seymour Hoffman son dos hermanos con problemas familiares y económicos, que deciden perpetrar un robo, en apariencia sencillo para salir del apuro. Y que mejor que hacerlo en la joyería de sus padres, un sitio que conocen y que tiene muy poca seguridad. Pero como te podrás imaginar, no les sale bien... Y tendrán que enfrentarse a las consecuencias.
AQEDSQHM es una película de personas. Una película de director, aunque el guión de la debutante Kelly Masterson es más que correcto, a pesar de dejar algún cabo suelto al final. Lumet demuestra su maestría: al mover la cámara, al adaptarse a los tiempos modernos (la película tiene un montaje no lineal, con varios saltos y flashback/ flashforwards tan de moda con Perdidos) y sobre todo sabe sacar el mejor partido a un grupo extraordinario de actores. Porque aunque la trama es importante (al fin y al cabo es una historia de robos) AQEDSQHM es una película de personajes. Y si Philip Seymour Hoffman y Albert Finney son dos monstruos de la interpretación y que se salgan es habitual, el ultimamente algo perdido Ethan Hawke está esplendido y la desaprovechadisimima Marisa Tomei no puede estar más buena (lo siento, no hay otra forma de decirlo).
NOTA: 4 estrellas sobre 5.
Rubén González
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